La caída del Imperio Persa


Los persas no tenían rivales militares gracias a su gran ejército, excepto los griegos que eran superiores en sus tácticas. Los griegos tenían en su contra la gran fragmentación política. En Grecia el poder estaba dividido entre ciudades estado, mientras que Persia era un imperio enorme totalmente unificado. Los reyes persas hábilmente promovieron las disputas entre estados griegos para evitar que alguno tuviera la hegemonía. Pero finalmente eso sucedió.
Alrededor del año 350 a. C., Filipo II, el rey de Macedonia, emprendió una política expansiva de su reino, organizando un ejército regular muy profesional y creando armamentos y tácticas aún superiores a las clásicas tácticas griegas. Gracias a esto logró unificar amplias zonas de Grecia incorporándolas a su reino y sometiendo a su mandato con cierto grado de autonomía al resto de las ciudades griegas con excepción de Esparta. Filipo obligó a los estados griegos a cesar las luchas, colocó guarniciones macedonias en los puntos estratégicos y se formó una liga de estados griegos que formarían un ejército para invadir el Imperio Persa. Cuando todo estaba preparado Filipo fue asesinado. Entonces su hijo Alejandro ocupó el trono. La invasión debió demorarse para volver a someter a los estados griegos que ante la muerte de Filipo pretendieron recobrar su independencia. Alejandro logró dominarlos y en el año 334 a. C. cruzó al Asia menor y derrotó a los persas en Granico. Las ciudades jonias resistieron la invasión griega cosa que sería sorprendente 150 años atrás. Alejandro, luego de tomar esas ciudades, tomó la mayor parte de Asia Menor con poca resistencia. Un año después todo el poderío del ejército persa lo enfrentó en la batalla de Issos y nuevamente los persas fueron derrotados; luego de esto cayeron en poder griego Siria, donde las ciudades fenicias resistieron, Palestina y Egipto, donde los griegos fueron bienvenidos como libertadores. En el año 331 a. C. los griegos entraron en Mesopotamia, a pesar de que el rey persa Darío les ofreció la paz estos la rechazaron. Los persas se enfrentaron a los griegos con un renovado ejército pero fueron derrotados una vez más, y el rey Darío fue asesinado por los nobles. Los griegos tomaron Babilonia y las ciudades de Susa, Persépolis y Ecbatana, siendo Persépolis incendiada para vengar la destrucción de Atenas durante la invasión persa a Grecia. Los persas continuaron resistiendo con una guerra al estilo guerrillero en las zonas del norte y el este de Irán y el Asia Central, pero los griegos finalmente lograron invadir también esas zonas aplastando los últimos focos de resistencia. A pesar de la caída el estado persa resurgió y desapareció varias veces a través de la historia y su legado se extiende hasta el actual estado de Irán.

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